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Título original:
Nosferatu, Phantom der Nacht ●
Año:
1979 ●
Director:
Werner Herzog ●
Protagonistas:
◯
Klaus Kinski (conde
Drácula)
◯
Isabelle Adjani (Lucy Harker)
◯ Bruno Ganz (Jonathan Harker)
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Duración: 107 minutos
Die Geisterwelt ist nicht verschlossen, Dein Sinn ist zu, dein Herz ist tot Auf! bade, Schüler, unverdrossen Die irdsche Brust im Morgenrot. Acaso el aporte más innovador que desde el punto de vista
argumental introduce la versión primigenia de este
film que
F.W. Murnau rodara hacia 1921 bajo el nombre de
Nosferatu, eine Symphonie des Grauens, resida en la estrecha relación entre el arribo del
vampiro al puerto de
Wismar y la epidemia de
peste negra que se cierne sobre la ciudad. Este elemento, claro está, no aparecía en absoluto en la célebre novela de
Bram Stoker (Drácula, 1897). Esta vinculación entre vampirismo y peste no sólo resultó ser muy acertada, sino que, además, posee un fundamento bastante sólido. Por lo pronto, baste considerar lo siguiente: en primer lugar, en los tiempos en que la peste negra asolaba el Viejo Continente, la gente se apresuraba a enterrar a sus muertos por temor al contagio. Esto pudo haber dado origen a un buen número de entierros prematuros que podrían, a su vez, haber sido el suelo fértil para el desarrollo y auge de la leyenda del vampiro. En segundo lugar, figura el conocido hecho de que los principales reservorios de la plaga son las
ratas. Estos roedores transmiten la enfermedad al hombre, ya sea por medio de mordeduras, ya sea a través de la picadura de las pulgas que en ellas
parasitan. De más está recordar que estos insectos, como
Nosferatu, son seres hematófagos por excelencia. Finalmente, habría que tener en cuenta que, al igual que el conde de los
Cárpatos, la
peste bubónica provenía del Este.